sábado, 10 de enero de 2015

EL AMOR

GNOSIS
EL AMOR
POR: SAMAEL AUN WEOR

El Amor es el Sumum de la sabiduría.

El Amor es la vida que palpita en cada átomo como palpita en cada Sol.

El Amor no se puede definir, porque si se define se desfigura.

El Amor se siente en lo hondo del corazón, como una vivencia íntima y deliciosa, como una música inefable, como un néctar embriagador, indefinible y místico.

Un pañuelito, un retrato del ser amado, una carta, exalta nuestro espíritu y nos hacen comulgar con la música inefable de las esferas.

El matrimonio que se realiza sin Amor, únicamente por motivos de interés personal, es un insulto a la vida. Un sarcasmo, una ironía que a nada conduce. Esos matrimonios fracasan inevitablemente y fracasan porque no tienen base para sostenerse.

Hay que hacer una diferencia entre el Amor y la pasión.

El Amor es puro y santo.

La pasión es una manifestación morbosa de la sexualidad, una aberración de la bestia humana.

El Amor es absolutamente desinteresado.

El que ama se siente capaz de sacrificarse por el ser amado.

El hogar es un altar donde oficia la mujer.

El hombre actual ha prostituido a la mujer con su fornicación y sus instintos pasionales depravados.

El hogar moderno se ha degenerado por la fornicación.

Hoy la fornicación pasional se ha adueñado de los hogares y el ser humano se ha rebajado peor que el animal.

Ha convertido en VICIO el acto más santo mediante el cual es el hombre un Dios creador. Y así los hogares se están llenando de enfermedades y de miseria, todo por falta de una educación sexual que debiéramos haber recibido desde los mismos bancos de la escuela.

Sucede que muchos hombres se casan por pura pasión carnal y después de cierto tiempo, como es natural, viene el hastío, el cansancio, el Amor se aleja, o mejor dicho, no necesita alejarse de allí, porque allí no estaba, allí no resplandecía esa luz inefable; digo más bien que lo que se aleja de allí es esa apariencia de amor, con la cual se disfraza el ansia de coito. De allí se aleja el hombre coitoso ya satisfecho y desilusionado. Nuevas ilusiones pasionales le sonríen por la calle y el castillo de ese falso hogar matrimonial se derrumba como castillo de naipes.

No confundas hombre enamorado, el Amor con la pasión.

Fijaos muy bien si tu amada te pertenece en espíritu; fíjate bien si eres capaz de amarla con toda la pureza de un místico, con toda la exaltación de un Francisco de Asís, o con toda la poesía de un auténtico poeta.

El hogar es sagrado, no lo profanes con el vicio repugnante del coito.

El hogar es santo.

¿Por qué se acaban los hogares? Por la fornicación.

¿Por qué existe la miseria en los hogares? Por la fornicación.

Pero sucede que cuando las cosas andan mal dentro del hogar, la mujer y el hombre le echan la culpa a todo; por todas partes encuentran causas, pero no se les ocurre pensar en la verdadera causa; no se quieren dar cuenta de que su atmósfera está SUCIA POR LA FORNICACIÓN.

En un hogar puro y casto, en un lugar santificado por la santidad, no existe la miseria, ni el disgusto, ni el cansancio.

En un hogar casto sólo existe la armonía; la música y el Amor.

Allí, solamente la dicha de amar.

Allí, las flores sublimes del jardín del Amor.

Allí, los dedos de armiño que tocan el piano delicioso.

Allí, los juegos de niños y el beso infinito de los labios tan puros que sólo saben orar.

samael aun weor




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