GNOSIS
EL AMOR
POR: SAMAEL AUN WEOR
El Amor es el Sumum de la sabiduría.
El Amor es la vida que palpita en cada átomo
como palpita en cada Sol.
El Amor no se puede definir, porque si se define
se desfigura.
El Amor se siente en lo hondo del corazón, como
una vivencia íntima y deliciosa, como una música inefable, como un néctar
embriagador, indefinible y místico.
Un pañuelito, un retrato del ser amado, una
carta, exalta nuestro espíritu y nos hacen comulgar con la música inefable de
las esferas.
El matrimonio que se realiza sin Amor,
únicamente por motivos de interés personal, es un insulto a la vida. Un
sarcasmo, una ironía que a nada conduce. Esos matrimonios fracasan
inevitablemente y fracasan porque no tienen base para sostenerse.
Hay que hacer una diferencia entre el Amor y la
pasión.
El Amor es puro y santo.
La pasión es una manifestación morbosa de la
sexualidad, una aberración de la bestia humana.
El Amor es absolutamente desinteresado.
El que ama se siente capaz de sacrificarse por
el ser amado.
El hogar es un altar donde oficia la mujer.
El hombre actual ha prostituido a la mujer con
su fornicación y sus instintos pasionales depravados.
El hogar moderno se ha degenerado por la
fornicación.
Hoy la fornicación pasional se ha adueñado de
los hogares y el ser humano se ha rebajado peor que el animal.
Ha convertido en VICIO el acto más santo
mediante el cual es el hombre un Dios creador. Y así los hogares se están
llenando de enfermedades y de miseria, todo por falta de una educación sexual
que debiéramos haber recibido desde los mismos bancos de la escuela.
Sucede que muchos hombres se casan por pura
pasión carnal y después de cierto tiempo, como es natural, viene el hastío, el
cansancio, el Amor se aleja, o mejor dicho, no necesita alejarse de allí,
porque allí no estaba, allí no resplandecía esa luz inefable; digo más bien que
lo que se aleja de allí es esa apariencia de amor, con la cual se disfraza el
ansia de coito. De allí se aleja el hombre coitoso ya satisfecho y
desilusionado. Nuevas ilusiones pasionales le sonríen por la calle y el
castillo de ese falso hogar matrimonial se derrumba como castillo de naipes.
No confundas hombre enamorado, el Amor con la
pasión.
Fijaos muy bien si tu amada te pertenece en
espíritu; fíjate bien si eres capaz de amarla con toda la pureza de un místico,
con toda la exaltación de un Francisco de Asís, o con toda la poesía de un
auténtico poeta.
El hogar es sagrado, no lo profanes con el vicio
repugnante del coito.
El hogar es santo.
¿Por qué se acaban los hogares? Por la
fornicación.
¿Por qué existe la miseria en los hogares? Por
la fornicación.
Pero sucede que cuando las cosas andan mal
dentro del hogar, la mujer y el hombre le echan la culpa a todo; por todas
partes encuentran causas, pero no se les ocurre pensar en la verdadera causa;
no se quieren dar cuenta de que su atmósfera está SUCIA POR LA FORNICACIÓN.
En un hogar puro y casto, en un lugar
santificado por la santidad, no existe la miseria, ni el disgusto, ni el
cansancio.
En un hogar casto sólo existe la armonía; la
música y el Amor.
Allí, solamente la dicha de amar.
Allí, las flores sublimes del jardín del Amor.
Allí, los dedos de armiño que tocan el piano
delicioso.
Allí, los juegos de niños y el beso infinito de
los labios tan puros que sólo saben orar.
samael aun weor
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