sábado, 10 de enero de 2015

EROS

GNOSIS
EROS
POR: SAMAEL AUN WEOR

El Amor comienza con un destello de simpatía, se substancializa con la fuerza del cariño y se sintetiza en adoración.

Un matrimonio perfecto es la unión de dos seres, uno que ama más y otro que ama mejor...

El Amor es la mejor religión asequible.

¿Amar?

¡Cuán bello es amar!

Solo las Almas simples y puras saben amar.

El Amor se alimenta con Amor.

Avivad la llama del Espíritu con la fuerza de Eros.

“Puesto que el enlace de los sexos pueden equivaler a un acto creador, que se adhiere a la potencia y esplendor del primer día.

Fue por el pecado donde los miembros más útiles y honestos se convirtieron en lo más vergonzoso”.

Mahoma dijo: “El coito es un acto hasta placentero a la religión, siempre que se realice con la invocación de Alá y con la propia mujer para la reproducción” (o mejor para la Transmutación Sexual).

El Corán dice: “Ve, toma por mujer una doncella a la que acaricies y te acaricie; no pases al coito sin haberte antes excitado por las caricias”.

El Profeta enfatiza así:

“Vuestras esposas son para vosotros un labrantío. Id a el como os plazca, pero realizad antes algún acto de devoción.

Temed a Dios y no olvidéis que un día os habréis de hallar en su presencia”.

El autor de El-Ktah, (escrito extraordinariamente apreciado por los árabes), no se harta en la glorificación del coito; este es para él “el himno de alabanza más magnífico y sagrado, el anhelo más noble del hombre y su compañera tras la unidad primitiva y las delicias paradisíacas”.

El famoso teólogo destaca a menudo el carácter sublime y divino del acto carnal; más toma una posición decisiva contra las naturalezas profanas y groseras que satisfacen en el únicamente su voluptuosidad animal.

“Estos, –dice–, no han comprendido ni visto que el amor es el Fiat Lux del “Libro de Moisés”, el mandato divino, la Ley para todos los continentes, mares, mundos y espacios”.

Y en sus ulteriores explicaciones, el autor de El-Ktah revela la Primitiva Ciencia Esotérica, “de que en el fondo la unión física de hombre y mujer es un acto sobrenatural, una reminiscencia paradisíaca, el más bello de todos los himnos de alabanza dirigidos por la criatura al Creador, el Alfa y Omega de toda la creación”.

El Jeque Nefrani pone en boca de un sabio estas palabras:

“La mujer es semejante a una fruta cuyo aroma se aspira primero cuando se toma por la mano.

Si no se calienta por ejemplo con la mano la hierba de basilisco, no se nota su aroma.

El ámbar despide su fragancia solo cuando se le calienta.

Y esto bien lo sabes.

Así mismo sucede con la mujer:

Cuando quieras pasar al acto amoroso, debes primero calentar el corazón de ella con todos los preparativos del arte de amar, con besos, abrazos y pequeños mordiscos.

Si descuidáis esto, no te será deparado ningún goce completo, y todos los encantos de los enamorados quedarán ocultos para ti”.

En un tratado muy sabio sobre Medicina China he leído lo siguiente:

“El taoísmo tiene otras influencias en la Medicina, como lo prueba la lectura de una recopilación de tratados taoístas, el Sing-Ming-Kuei-Chen, del año 1622 aproximadamente.

Se distinguen tres regiones en el cuerpo humano.

La región superior o cefálica, es el origen de los espíritus que habitan en el cuerpo.

La almohada de Jade (Yu Chen) se encuentra en la parte posterior inferior de la cabeza.

El llamado hueso de la almohada es el occipucio (Chen-Ku).

El palacio del Ni-Huan (término derivado de la palabra sánscrita Nirvana), se encuentra en el cerebro, llamado también mar de la médula ósea (Suei-Hai); es el origen de las sustancias seminales.

La región media es la columna vertebral, considerada no como un eje funcional sino como un conducto que une las cavidades cerebrales con los centros genitales; termina en un punto llamado la columna celeste (Tien Chu) situado detrás de la nuca en el punto donde nacen los cabellos.

No debe confundirse este punto con el de la acupuntura del mismo nombre.

La región inferior comprende el campo de cinabrio (Tun Tien), del que nos ocuparemos más adelante, en ella asienta la actividad genital representada por los dos riñones: el fuego del tigre (Yang) a la izquierda y el fuego del dragón (Ying) a la derecha.

La unión sexual está simbolizada por una pareja; un hombre joven conduce el tigre blanco y una mujer joven cabalga sobre el dragón verde; el Plomo (elemento masculino) y el Mercurio (elemento femenino) van a mezclarse; en cuanto están unidos, los jóvenes arrojan su esencia en un caldero de bronce, símbolo de la actividad sexual.

Pero los líquidos genitales, en particular el esperma (Tsing), no se eliminan y pierden, sino que pueden volver al cerebro por la columna vertebral, gracias a la cual se recupera el curso de la vida”.

La base de estas prácticas sexuales taoístas es el coitus reservatus, en el cual el esperma que ha bajado del encéfalo hasta la región prostática (pero que no ha sido eyaculado) vuelve a su origen; es lo que se denomina hacer volver la sustancia (Huan-Tsing).

Sean cualesquiera las objeciones que se formulen frente a la realidad de este retorno, no es menos cierto que los taoístas concibieron un dominio cerebral de los instintos elementales que mantenía el grado de excitación genésica POR DEBAJO DEL UMBRAL DE EYACULACIÓN; dieron al acto sexual un estilo nuevo y una finalidad distinta a la fecundación.

La esotérica VIPARITAKARANI enseña científicamente cómo el yogui Indostán en vez de eyacular el semen, lo hace subir lentamente mediante concentración, de manera que hombre y mujer unidos sexualmente puedan eliminar el Ego animal.

Los antiguos griegos conocieron muy exactamente el parentesco esencial entre la muerte y el acto sexual; en Eros presentaban al “Genio de la Muerte”, sosteniendo en mano, el Dios, una antorcha inclinada hacia abajo, como portador de la muerte.

Siendo la fuerza más profunda y primitiva de todas en los hombres la sexual, es considerada por el Tantras como el Eros cosmogónico, la Serpiente Ígnea de nuestros mágicos poderes.

Muy lejos de violentar a nuestra Esencia Intima en el sentido de concupiscencia brutal, o bien de entumecerse orgánicamente por un espasmo que solo dura pocos segundos, el practicante toma por contra la potencia de su Divina Madre Kundalini particular, para fusionarse con ella en una unidad y eliminar tal o cual yo, es decir, este o aquel defecto psicológico previamente comprendido a fondo.

Solo con la Muerte adviene lo nuevo.

Así es como Eros con su antorcha inclinada hacia abajo, reduce a polvareda cósmica a todos esos agregados psíquicos que en su conjunto constituyen el yo.

La extrema sensibilidad de los órganos sexuales anuncia siempre la proximidad del espasmo; entonces debemos retirarnos a tiempo para evitar la eyaculación del semen.

Continúese luego el trabajo el hombre acostado en el suelo en decúbito dorsal (boca arriba) y la mujer en su cama... suplíquese a la Divina Madre Kundalini, pídase con frases sencillas salidas del corazón sincero, elimine con la lanza de Eros, con la Fuerza Sexual, el Yo que personifica el error que realmente hemos comprendido y que anhelamos reducir a polvareda cósmica.

Bendígase por último el agua contenida en un vaso de cristal bien limpio, y bébase dando gracias a la Madre Divina.

samael aun weor




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