GNOSIS
EL FASCINADOR DE
MUJERES Y EL EMPUJÓN AL PECADO.
POR: SAMAEL AUN WEOR
Quiero enfatizar la idea básica que debemos formular, así:
“Los grandes fascinadores de la lubricidad y de la impudicia pertenecen
más bien al tipo Casanova que al famoso don Juan Tenorio”.
Si el taimado tipo don Juan refleja todas sus aventuras amorosas en el
maligno espejo egocéntrico de su fantasía refinada, con la abominable intención
de rebajar a la mujer, de profanarla vilmente, de violarla y difamarla
perversamente mediante la cópula pasional única y sin repetición en el “empujón
al pecado”, resulta incontrovertible una especial modalidad de odio masculino
contra la hembra.
Por ley de contrastes, en el tipo Casanova predomina el deseo libidinoso
de fascinación sexual, basado exclusivamente en los impulsos instintivos
naturales y sentimentales.
Desafortunadamente esta clase de sujetos son insaciables, y sufren y
hacen sufrir.
El tipo Casanova es una especie de “maestro burlador” de la mujer;
parece tener el don de la ubicuidad, pues se le ve por todas partes, aquí, allá
y acullá; es como el marino que en cada puerto tiene una novia; muchas veces se
compromete y jura amor eterno...
En contraposición del sadismo sexual refinado del tipo don Juan,
descubrimos en el tipo Casanova al homúnculo racional que quiere ahogar en
lechos de placer EL TEDIO insoportable de su propia existencia.
Otra variedad, afortunadamente poco común del fascinador de mujeres,
conviene que la designemos como “tipo diablo”.
Uno de los más genuinos representantes de este siniestro tipo, fue sin
duda alguna el monje Gregor Rasputín: Extraño asceta apasionado por el más
allá; especie de hipnotizador rústico en hábito religioso.
A todas luces resalta con entera claridad meridiana que la despótica
fuerza mágica del “diablo sagrado” Rasputín, se debía exclusivamente a su
tremenda potencia sexual.
samael aun weor
No hay comentarios:
Publicar un comentario